Leyendo el post de Lore sobre su artista
favorito, llegó a mi el recuerdo de la fatídica noche en que fui a ver al mío.
Si bien en lo absoluto me considero una persona
musical (jamás entro a una tienda a comprar
música, puedo perfectamente trabajar en silencio ,si se rompe estereo
puedo sobrevivir unos cuantos días antes de notarlo y el único I-pod que compré
fue para mi hermana), tengo mis gustos.
Me encanta el jazz en general aunque no el
electric jazz. Me gustan bastantes cosas del rock en español.Suelo tener ganas
de escuchar a San Pascualito Rey, a Eles…. Hay días que amanezco con ganas de
escuchar a Damian Rice, otros a Joaquín Sabina o Chavela Vargas. A veces se
siente que Manu Chao debe dirigir mi día o Café Tacvba. Mystere trio, charly García,Modest Mouse, Deep forest o Dead Can
Dance.... En fin... la lista puede seguir y seguir.... Y aunque no importa como me levante, cuaquier mañana me
hace felíz empezar con la primera rola del disco "seven" de James,
sigo sin recordar como se llama esa canción.
Pero, de entre todas, hay una canción. UNA
sola, que es mi favorita de todo el Universo!....Bueno, tal vez exagero: no de
todo EL Universo, pero sí de el mío.
Y se trata de Karma Coma de Massive Attak.
No se explicarlo pero desde que estaba en la
secundaria y la escuché por primera vez sin entender nada de lo que decía, esa
canción me porvocó un estado mental que me gustó. Yo no se cómo llamar a ese
estado... porque no es que sea felicidad o melancolía, tristeza o ... NADa...
simplemente me hace sentir BIEN.
Es una canción que, sin la letra y con la pura
música, podría ser la versión musical de mí misma. Porque es eso: se siente
como yo. Como mía...
No importa.
Tardé años en saber que era de Massive Attack
y cuando logré tenerla en mi poder (el
disco completito en mis manos) sentí que tenía un tesoro. Algo preciado que
conservar.
Un día, cuando mi Sienna tenía alrededor de 7
meses de edad, Massive Atack vino a México.
Odio las multitudes, los conciertos no son lo
mío, pero moría de ganas de ir a verlos por la simple posibilidad de que tocaran
MI canción!!!!!!
Y así fue que, por primera (y casi unica vez)
encargamos a mi princesita aún lactante con mi mamá, por un par de horas en que
TAL VEZ podría escuchar MI canción en vivo en el Auditorio Nacional...
Desde la tardecita había empezado un zumbidito
en mi cabeza: esa sensación de que te va a doler la cabeza, pero que aun
permite conservar la esperanza de que no sea nada y todo quede en ese
zumbidito.
No le di mayor importancia. Supuse que no iría
a mayores, pues han sido muy pocas veces
en mi vida (hasta enocntes) que me había dolido la cabeza.
Además, no iba a perderme Mi canción por un
dolor de cabeza.
Total que fuimos y ya mientras caminábamos
hacia el Auditorio la cabeza comenzaba a sentirse como si el cerebro no le
cupiera. Pero aún era soportable.
Fue lindo, llegamos. Vimos-oimos a una bella
mujer cantando cosas que me encantaron. y mientras comencé a sentir que los
tonos agudos penetraban como agujas en mi lobulo frontal. Pero guardé compostura y traté de acomodarme,
auqnue fuera con ojos cerrados, y seguir escuchando....
Massive Attack apareció y con ellos un
deslumbrante, maravilloso e inolvidable juego de luces. Fueron como lacers que
entraban por mis pupilas, derechito a mi sistema nervioso, punzando justo
detrás de mis globos oculares. No había forma de esquivarlos ni con los ojos
cerrados.
Para éste punto, casi dejaba de importarme si
tocarían o no la tonta canción.
Pero pensé que tal vez la migraña desaparecería
o sería mas sutil una vez que desaparecieran el sonido y las luces.
Tocaron lo que me parecieron mas de mil
canciones. Y después de despedirse y provocarme una iracunda desilusión,
regresaron para cantar la gloriosa canción!!!
Jamás me había pasado querer que terminara...
Salimos con la última nota. Antes que
cualquiera.
Bajé las escaleras con la velocidad de un rayo
y no saludé a nuestros amigos que por allí andaban.
Creí, erroneamente que el aire fresco me
ayudaría.
Sólo incrementó las nauceas.
Llegamos hasta el coche, subí y dejé de
preocuparme porque mis musculos funcionaran para mantenerme en pié. Sólo quería
perder el conocimiento hasta que todo pasara. (Si alguien hubiera ofrecido
darme alguna especie de anestesia general, lo hubiera aceptado sin un céntimo
de duda).
Llegamos por Sienna a casa de mi mamá.
Francamente no registré mas que el camino haci
ael baño, dónde , después de vomitarlo todo, me saqué la ropa y me tiré´al
piso.
Mi mamá habrá pensado que estaba bajo el efecto
de algún narcótico...
No recuerdo como llegué a su cama y allí morí
(no sin revivir para vomitar un par de veces) hasta el día siguiente. Mi mamá me ofreció una pastilla que ella
tomaba para la migraña. Todos me decían que pensara en la leche , que si
amamantaba tenía que averiguar....¡¡¡me importó un comino por primera y unica
vez!!! Sólo quería poder volver a tener control sobre mí:
Siempre me sentí capás de controlar cualquier
tipo de dolor, o lo que sea que se sucediese en mi cuerpo; pero un dolor de
cabeza es, para mí, el peor de todo los dolores, porque tiene lugar en el mero
centro de poder. Y sin mi cabeza limpia de dolores, no soy capáz de nada.
Tomé la bendita pastilla y me quedé a dormir
allí. Sienna tomó formula esa noche (bueno, mas que tomarla, se l aintentaron
dar y ella solo lloró y lloró)
Más tarde me abrasaría la culpa. Entonces solo
quería que todo pasara.
Amaneció el siguiente día y si bien aún tenía ,
rezagada en un rincón, un pequeña sensación de dolor, ya podía pensar y
funcionar como persona: era felíz.
Todo pasó y con el tiempo esos dolores se
volvieron frecuentes (aunque tan fuerte sólo me volvió a dar hace muy poco) y
resultó ser que tanto cargar bebecitas mosas me dejó mal la espalda, a la
altura del cuello. Por lo tanto, si cargo a alguna de mis niñas una buena parte
del día, es así como acabo.
Trato de anticiparlo y masajearme con arnica,
baño caliente y si la situación lo requiere, algún desinflamante o relajante
muscular....
Pero, jamás olvidaré el fatídico día en que
conocí a mi artista favorito.
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