De Escuela sin Escuela..

Ha sido una semana larga y ni Lore ni yo hemos podido escribir…

Por un lado, es triste saber que nadie nos extrañó!, pero por el otro, nos hiso pensar en que tal vez debamos dar un giro y escribir mas seguido aun! Así que es probable que de ahora en mas, no solo haya posts los lunes y jueves, si no , también el resto de la semana: pequeñas cositas, detalles, ideas, una foto… lo que vaya surgiendo.

Dicho lo anterior, mi post de hoy:

Mi niña mayor (3 años-un mes) ,ha estado asistiendo a múltiples fiestas de cumpleaños estos últimos meses (de hecho me ha dejado la impresión que la mayoría de la población cumple años entre mayo y julio!), y éste domingo fue el cumpleaños de su mejor amiga.

Con todo ello, me he puesto a pensar en las cosas que siempre me han dicho sobre los niños que “no van a la escuela”.

Con tanto cumpleaños de amiguitos, tanto compromiso, una amiga especial por quien preguntar y a quién llamar, cualquiera pensaría que mi hija asiste a Kinder o jardín de niños… pero no. Mi marido y yo hemos decidido que no la llevaremos a institución alguna para educación formal, al menos hasta “edad de primaria”.

 Siempre me habían dicho (o advertido e incluso sentenciado),  que de no llevarla a la escuela mi hija “sería antisocial”, “no sabria compartir”, “no tendría amigos” y “estaría pegada a mi”…

Pues, déjenme contarles cuál ha sido la realidad: Hace un mes, mi peque, se graduó de su primer taller de lectura para bebés y niños pequeños “balbuceando letras”, al que asistió desde los 2 años de edad, una hora, una vez por semana. Asistí a su primera “clase de demostración” cuando terminó el ciclo escolar del taller de Ritmica, el primero al que tuvo que entrar “sin papás” y lo hiso sin llorar, sin sufrir, y dónde conoció a su amiga.

Y hoy, inició curso de verano.

Yo me resistía porque el curso es de lunes a viernes de 9 a 14hs, igual que en la escuela formal. Para mí, es muchísimo tiempo. Pero mi hija me pedía y me pedía ir “a su escuela”(la misma donde tomaba el taller de rítmica). Le expliqué que su amiga no iría y que eran muchas mas horas “sin papás”. “no te cucupes mami, yo cualquier cosa le digo a la maestla o maestlo que te llame”, me dijo.

No hubo más que pensar. Mejor lo intentaríamos.

Asi que hoy fue, temprano. Y ¿saben qué? Entró sin problemas. “Ya nos tenemos que ir hija, pórtate bien!¿me das un beso”, “No puedo, estoy pisando un charco. Adiós!” .. Y tuve que ir a darle un beso porque la que se angustiaba era yo…

Toda la mañana pensé que en cualquier momento sonaría el teléfono para decirme que quería que pasara por ella, o que al irla a buscar me reportarían que estuvo muy callada o “chipil”…

Pero no, estuvo de lo más bien.  Y regresó diciendo que si puede ir mañana también.

Siempre charla con la gente. Auqnue nunca saluda de beso si no conoce, habla con todos, manifiesta sus opiniones, quiere probarlo todo. Le encanta llevar cosas para compartir con los niños a quienes les va tomando afecto (no sólo de su taller, sino hijos de amigas mías, niños de la zona, gente que frecuentamos sin necesidad que sea en ámbito escolar)

Así que no, un niño que “ no va a la escuela” , no es un niño que vive en una burbuja, sin socializar.

Desde nuestra experiencia, la escuela, al menos a esta edad, sería lo mas parecido a una burbuja.

Nuestros niños necesitan, desde mi percepción, un mundo a su medida. Dónde sean capaces de aprender a ser; de socializar libremente con personas de todas edades; de jugar; de ensuciarse, pintar, correr, y de despertar el interés por aprender cosas nuevas , por probar, por experimentar; ser libres de equivocarce!, de hacerlo mal! Y de querer intentarlo una vez mas… y eso, no se aprende en la escuela. (algunos niños, ni siquiera en casa)

Me siento felíz de cómo se van dando las cosas. No se, ni se puede jamás, tener certeza, saber a dónde va este camino. Pero en el mientras, lo vamos trazando cómo mejor nos parece. Y hasta ahora, si bien a veces es agotador, puedo decir que me siento plenamente satisfecha y felíz con lo hasta ahora alcanzado.