El año corre a la velocidad de una gacela perseguida y yo sigo viviendo en la ensoñación de mis proyecciones personales.
No puede ser que mis princesas estén próximas a cumplir 3 y 1 años, y mi marido y yo 10!!!!! Diez años de ésto, que si bien ningún papel de orden legal lo decreta, es lo más parecido a un matrimonio que se pueda imaginar.
Hace diéz años, llegué a México. Las causas de mi aterrizaje en estas tierras son parte de otra historia. Pero llegué. Recuerdo vívidamente esa sensación de presente contínuo desde que supe que partiríamos de "allá´", de donde vengo.
Es tan difícil imaginar el día siguiente cuándo no tenés ni idea de dónde estás parada! Ahí te das cuenta que no hay nada real en el pasado: es puro recuerdo. Ni tampoco en el futuro: son meras proyecciones con base en lo vivído que no contemplan imprevistos tales como cambiar de país, de vecinos, de calle, de piso, de olores, de comida, de costumbres...
Y en esas afortunadas deducciones estaba cuando conocí al compañero de mi vida.
Claro, en ese entonces ni sospechaba que así sería.
No quiero entrar en detalles de una historia muy personal. Que no quiero escribir realmente nunca, porque me fascina contarla en público con el condimento de mi estado de animo de ese día, y con el sazón del tiempo transcurrido, que siempre desvirtúa detalles, cambia conceptos y adopta pormenores, volviendo a los recuerdos entes vivos que se desarrollan con nosotros. Creo que cuando algo es escrito, sobre todo un sueño o un recuerdo, pierde ese derecho de transformarse a nuestra par. Por eso, no voy a escribir mi bella historia.
Pero, sí quiero dejar plasmado que, desde el mísmo momento en que me dejé llevar por la vida, por la entraña, por el instinto... todo ha sido maravilloso. Y aún en sus pesares, en sus dolores, en sus oscuridades,... no hay detalle de mi vida que cambiaría por nada. Porque se que si no fuera por cada instante vivido del modo en que ocurrió, no sería hoy la Yo que soy en mi vida. Y me siento muy orgullosa de serlo.
Pero, a veces pasa que me doy cuenta que otra vez, me gana esa forma tan mundana de vivir: proyectando a futuro, por la meta y no por el camino... y en el mientras, se va la vida.
Hoy, me vuelvo a pellizcar para dejar la ensoñación y volver al tiempo real, con estas niñas que crecen sin cesar, con esta vida bella que amo respirar, con este trabajo que me encanta... (suelo pensar en terminar, en vez de disfrutar del proceso de hacer las esculturas!! siendo que siempre quise que éste fuera mi trabajo!) en esta casa que hoy es mi hogar aun con sus multiples defectos!.... todo es maravilloso! por qué correr! si bueno, malo, maravilloso o peor, es la vida misma siendo y es el camino hacia quienes seremos allá, en el futuro, que también un día, será presente. Porque el tiempo no se detiene!
Bonita manera de expresarlo. La vida tan maravillosa como tal, pasa con tanta prisa que se nos dificulta respirar a conciencia y mirar,observando nuestro entorno. El mundo es diferente quizàs al que deseamos pero hay que adaptarse a él sin dejar de ser nosotros mismos. Bella foto!!!
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