El tiempo va en moto, en bajada y sin frenos, hoy en medio del décimo mes del año pienso que en un abrir y cerrar de ojos todo pasa a tal velocidad que hay momentos en los que unos toma un respiro, trata de analizar una situación y se pegunta a qué hora paso todo esto? y en ese afán desenfrenado por vivir quién no ha querido escapar de un destino que uno mismo decidió asumir pero que se convirtió en su propia jaula? creo que todos en algún momento, algunos tienen el valor de hacerlo, abrir la puerta, salir y volar, otros prefieren la comodidad de la jaula, otros más salen y entran de la jaula a su libre antojo y acomodo, yo misma me he visto en cada una de estas situaciones en algún punto de mi vida, he sido pájaro y he sido jaula, hoy se me antoja hablar de cuando fui pájaro y me hice prisionera de mis decisiones durante años, pero un día abrí la puerta y me eche a volar, y fue tan exquisito el vuelo de la libertad que no me importó que la jaula se deshiciera poco a poco, volé tan lejos como pude y no quise voltear atrás y ver el dolor de la jaula al quedarse vacía por que no quería sentir culpa, ni remordimiento, el gozo de la libertad era tan infinito que me cegó y no pude ver que no existe gozo perdurable cuando el costo es causar dolor deliberadamente a un tercero que se ofreció a ser en nuestra vida jaula sacrificando su propia libertad, me pregunto a mi misma qué aprendí de esto y creo que la respuesta que aplica para mi es que uno puede ser pájaro, meterse en una jaula y un día decidir no estar más en ella, el quid del asunto no es quedarse si no saber salir, si hoy fuera pájaro y tuviera el deseo genuino de recuperar mi libertad tal vez lo haría diferente, tal vez tendría el valor de ver a la jaula a los ojos y hablar con la verdad que al final es lo que realmente nos da la libertad, tal vez tendría más gratitud por todo lo que esa jaula me dio, tal vez sería menos soberbia y me condolería del dolor de la jaula sobre todo por que uno no sabe cuando a la vida le puede dar por quitarnos el don de pájaro y ponernos a vivir como jaula, tal vez no saldría volando sino caminando para no causar estragos con la estampida, tal vez entendería que el proceso de una jaula que pierde a su pájaro puede ser largo y triste y que aunque el manejo de esa tristeza no es mi responsabilidad si lo es no generar acciones que a la jaula le causen más dolor, tal vez buscaría el consejo de un pájaro más sabio para no dejarme hechizar por las mieles de la libertad sin límite, tal vez intentaría eso que muy pocos pájaros logran en la vida, pensar, sentir, actuar y volar de forma congruente, tal vez si la jaula hiciera cosas locas y sin sentido no la juzgaría y trataría de entender que cada jaula hace lo que puede con lo que tiene, tal vez no me sentiría superior a la jaula sólo por tener algo que ella no tiene en ese momento, la fuerza y el brío que da la libertad, es una larga lista de tal vez que tal vez no tenga que hacer nunca por que mi lógica me dice lo siguiente, si ya fui pájaro, si ahora soy jaula en proceso de restauración, qué se supone que es lo siguiente que debe pasar? confío en que por regla de 3 lo siguiente por pasar debe ser volver a vivir como pájaro para poder volar con mi pequeña Ale que tiene más alas que un águila, levantar un vuelo consiente, menos vertiginoso pero más seguro, con metas y propósitos más claros, un vuelo sin prisa, un vuelo cuyo mayor propósito sea ser feliz y hacer feliz, en recuperar mis alas trabajo cada día, poco a poco hasta que pueda aletear con fuerza, abrazar a Ale y volar.
Lore eres una mujer admirable gam zu letoba (significa esto también es para mi bien en arameo )
ResponderEliminarLore, por favor no dejes de escribir. No sólo sanas tu, también nos ayudas a sanar a nosotras
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