06 abril 2012

El día que conocí a mi cantante favorito

Yo crecí escuchando música romántica de los años 70´s y 80´s y creo que me quedé en esa época por que casi nunca prendo la radio ni la televisión, entonces cuando voy a una tienda de discos invariablemente me dirijo a lo que conozco, pura música viejita. Un día en el año 2002 vine por primera vez a México de vacaciones, era el mes de julio y llegué con una lista enorme de lugares que quería conocer. Llegó el día de ir al zócalo capitalino, empecé en la alameda y  me tomo más de 5 horas llegar a la plaza central por que en el camino entre a todo lo que tenía la puerta abierta. Cuando por fin arribé la plaza estaba llena de gente, y había unas carpas, rápido me doy cuenta que habrá un concierto así es que decido quedarme para ver quién canta,  nunca lo vi pero si lo oí, era el mismísimo Armando Manzanero, yo no me lo podía creer, mi cantante favorito, me sé todas sus canciones, tengo todos sus discos y estaba yo ahí escuchándolo en vivo y en directo, en México y gratis, se me salían las lagrimas de la emoción. A los muchos meses cuando yo ya vivía aquí definitivamente y tenía un trabajo en el Consulado de Colombia, estaba yo en la máquina de escribir, (si está Usted leyendo bien, en ese momento los pasaportes se hacían en máquina de escribir de esas que mi hija conocerá en foto o en un museo) cuando levanto la vista y casi me voy de bruces contra el suelo, era Armando Manzanero en carne y hueso, ahí estaba, parado frente a mí, mirándome, nadie más se había percatado de su presencia así es que aproveche y me abalancé literalmente sobre él, me sentía como en concurso de televisión, ¨y con Ustedes la mujer que más palabras puede decir por milésima de minuto¨, le dije que lo amaba, que era mi cantante favorito, que me sabía todas sus canciones, que lo había oído en el zócalo, que, que, qué… el hombre sólo reía y me dijo que se sentía muy alagado que una mujer tan joven fuera su admiradora, bueno yo sentí que me desmayaba. En esas estaba cuando la Cónsul se dio cuenta de su presencia y me lo robó para atenderlo en privado en su oficina, para nuestro deleite una noche de esa semana regresó con un trío y nos dio un mini concierto privado a todos los que laborábamos en la embajada el cual empezó diciendo que Dios le había dado dos patrias, México y Colombia, lo vi a menos de dos metros de distancia, lo escuché, lo abracé, me autografió un disco, me tomé una foto, mal tomada para mi pesar, pero foto al fin y al cabo y fui muy feliz de conocer a mi cantante favorito.
Lore

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